A veces es tan difícil escribir, y sobre todo pensar ya que cuando algo no está bien, cuando algo desde el fondo de los intestinos se revuelve y no cesa de agitarse, nada puede ser tan sencillo. Pasan las horas y aún permanezco en quietud absoluta, esperando tal vez a que el nuevo día me acoja o que mi mente al fin explote, afirmando viejas teorías de que moriría de locura.
Eso es todo, ahora solo resta esperar al siguiente tic tac o al nuevo pum pum.