8 de enero de 2006

Oda a la confusión

Mi amiga,
a veces el silencio
de la noche se extiende
y desearía estar más cerca
para asegurarme
de que todo está bien.

Mi todo,
a veces la noche
se torna melancólica
y siento la necesidad
de estar en tus brazos,
de estar en tu corazón.

Mi amiga,
a veces mis palabras
buscan destinatario,
buscan oídos
y al no encontrarlos
recurro a ti
para que no pasen
al olvido junto a este papel.

Mi todo,
a veces mis palabras
te buscan,
te quieren atrapar
para que de tal forma
este destinador
no sea olvidado.

Mi amiga,
es tan bueno saber
que existes.

Mi todo,
es increible existir
cuando existes.

Mi amiga,
te quiero mucho.

Mi todo,
te... no lo sé.

Mi amiga,
mi todo,
perdón por haberme
levantado y
no saber a ciencia cierta
cuál de las dos quiero
que seas hoy,
cuál de las dos
debes ser hoy.

Mi amiga,
mi todo,
bailemos al ritmo
de esta confusión,
al ritmo de esta melodía,
que para ser más específico,
es la oda a nuestra confusión.